Aventura, playa y naturaleza son los tres tesoros que encierra Costa Rica, un auténtico paraíso inexplorado y lleno de sorpresas a quienes lo eligen como destino de vacaciones.
Situado entre el Océano Pacífico y el Mar Caribe, este pequeño país centroamericano encierra en apenas 51.000 Kilómetros cuadrados todos los ingredientes para disfrutar de una experiencia única: 800 especies de aves, 12.000 orquídeas distintas, un 10% de las mariposas del mundo y 150 clases de frutas deliciosas.
Todo ello junto a parques naturales, bellísimas playas, rincones de sabor colonial y magníficos paisajes volcánicos.La conservación de sus peculiares ecosistemas se ha convertido en una preocupación básica en el país, de ahí que una parte considerable del territorio (más del 27%) haya sido declarada Parque Nacional o Reserva Biológica y se dediquen importantes recursos al estudio y conservación de las especies animales y vegetales existentes.En un país donde la Naturaleza se muestra especialmente generosa, el turismo se ha convertido en algo más que visitar lugares. La emoción se encuentra en cualquiera de las rutas a través de bosques, selvas, lagos, montañas y valles, y a través de propuestas tan diversas como la observación de aves, el senderismo, la pesca, el buceo, la navegación de rápidos o el surf.
La flor nacional de Costa Rica es la orquídea, y concretamente una especie muy especial, la Guaria Morada. Para conocerla en su estado natural hay que visitar el Parque Nacional Rincón de la Vieja, donde existe la mayor concentración en estado silvestre de esta bellísima y simbólica flor. Pero la orquídea es sólo uno de los muchos atractivos del Parque, que forma parte de la línea divisoria de aguas que separa el Caribe y el Pacífico. En su territorio nacen 32 ríos, entre ellos el Colorado, el Blanco y el Ahogados, y ofrece uno de los paisajes más hermosos del país: una combinación de curiosas formaciones geológicas con grandes extensiones de bosques y ríos de agua abundante corriendo entre ellas.
En este macizo se han identificado además hasta nueve puntos de erupción, de los cuales uno sigue activo. Al pie, en el lado sur, se encuentran Las Hornillas, una zona de fuentes termales, cavidades de fango hirviente, conos de barro y otras formaciones muy interesantes en medio del bosque húmedo. Un espectáculo grandioso difícil de contemplar en otras latitudes.
Los amantes de los animales tampoco saldrán defraudados de aquí: la guatuza, el armadillo, el perezoso, los monos congo o el carablanca son algunas de las especies que se pueden encontrar, además de las bellas mariposas “morfo”.
Los amantes de la ecología pueden recorrer el país de norte a sur y de este a oeste sin dejar de ver zonas de interés ambiental, parques y reservas naturales. Espectáculos como la llegada de las tortugas marinas a sus costas para el desove, el descenso de la lava por las pendientes de los principales volcanes o la imagen del quetzal sobrevolando los altísimos árboles sobre el volcán Poas son algunos de los espectáculos inolvidables que permanecerán en la retina de quienes visiten Costa Rica.
